Y un poco más adelante del camino, un poco antes de llegar al eremitorio de La Luz, se me apareció esta otra visión del castillo almohade: Su silueta recortada sobre el cielo nublado, los ritmos visuales que producían los pinos en primer plano, mi misma presencia en aquel lugar y aquel momento... Qué pena haber tenido solo mirada y una cámara para contarlo y no facultades pictóricas para crearlo, de nuevo.
1 comentario:
Buenos días.
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