PHOTOLATENTE

Definen Photolatente como "un proyecto conceptual de carácter artístico que propone una reflexión sobre cuestiones que afectan al desarrollo de la fotografía y el arte contemporáneo". Así, de entrada, y por lo visto de salida, pero no corramos tanto y vayamos por partes.

Óscar Molina, entrevistado.

Hasta ahora una imagen, o el valor iconográfico de una imagen, venía a ser lo que en esa imagen aparecía. Es decir, independientemente del tema reflejado -y mira que hay temas, reales o inventados-, una imagen era una imagen. Desde Photolatente esto ya no es así. Como dicen que existe una saturación de imágenes en nuestra sociedad -menos mal que lo reconocen-, ahora de lo que se trata es de darle valor al proceso, al azar, a la posibilidad, a lo incierto, al origen, a la idea en suma. Óscar Molina, el inventor del proyecto, le entrega a unas gentes un carrete y les pide que hagan fotos, pero con la condición de que lo devuelvan sin revelar. Posteriormente estas imágenes latentes se revelan y se imprimen en un papel sensible, pero este segundo soporte no se revela, sino que se deja latente aún, y ahí está el mérito del juego, en que estas copias, convenientemente selladas y empaquetadas, se venden después. El que las adquiere puede hacer lo que quiera con ellas, revelarlas, comérselas, tirarlas... En fin, más o menos esto es Photolatente. Después, con todo esto, el ideador monta una exposición en Fotoencuentros para que los degustadores de la fotografía sigan disfrutando de ella.

De Juanjo Fuentes Alegría

Y visto así, la verdad es que la exposición es muy interesante, y no me explico cómo no se nos había ocurrido el valor conceptual del proceso fotográfico dentro del arte contemporáneo. En esto el finísimo Óscar Molina se nos ha adelantado, ahora bien, lo que no entendemos aún es qué coño hacen allí un montón de fotos reveladas y enmarcadas. Si habíamos convenido en que todo era una reflexión conceptual sobre el proceso, ¿para qué la exposición pública? Lo bonito, lo coherente, lo contemporáneo habría sido que todo siguiera siendo latente, es decir, una exposición latente y un catálogo latente y todo esto celebrado después con un "vinolatente". Y si es que tenemos que pagar algo, tranquilos, que para eso está el "talónlatente". Y como decía la sabiduría popular: "mientras rule no es chamba".

De Aingeru Zorita