LA FOTO DE UN PASEO

Creo que una imagen nunca podrá expresar un sentimiento vivido. La imagen, o se queda corta ante ese sobresalto que a veces nos produce la realidad, o va más allá de nuestra percepción enseñándonos algún "rincón" de ese esqueleto externo de la realidad que nos hubiese pasado inadvertido al mirar, pero es imposible que pueda acertar en nuestro sentimiento al vivir la existencia de esa realidad. Entre otras cosas, esto sucede porque nuestra experiencia sobre la realidad no sólo está formada de muchos más sentidos, sino que también está conformada de cosas como nuestro pasado, nuestra sensibilidad, nuestro miedo..., es decir, cada momento, cada sitio, cada forma de lo que nos aparece delante, siempre serán únicos e irrepetibles.

La imagen de arriba, tomada ayer tarde en un paseo por el monte, cuando ya había acabado de llover y la humedad salía de la tierra como una gran humareda, fue uno de esos momentos únicos y especiales en los que tan fácilmente te fundes con la naturaleza dejándote llevar hasta unos tiempos y lugares aún por descubrir. Todo aquello, hoy, se ha evaporado del lugar y de mi presente, dejando sólo una imprecisa y lejana huella agridulce en mi memoria.