En la calle Alfaro, una tienda de ropita infantil con un escaparate que simula el cielo, o lo que hemos convenido que debe ser el cielo. Pero, claro, cuando te vas acercando a mirar los modelitos concretos, enseguida te imaginas lo que será de mayor esa ricura de nene o nena, le pones carita -o caraza- y, claro, inevitablemente adivinas por tu experiencia que será un infeliz o un político, o un iluminado..., inevitablemente. Y mientras rule no es chamba, se dice por aquí.

El Consejero Pedro Alberto Cruz levitando, participando encantado en una más de sus múltiples actuaciones artísticas -performances, les llaman- para salvar del paletismo al pueblo murciano. Otro, otra ricura de nene.