02 abril 2010


Como no tenía cenicero en la habitación, por no ir a buscarlo -ya se saben las prisas del fumador- utilicé un papel arrugado como recipiente para recoger la ceniza. En una de las ocasiones le di al cigarro un "toque" algo más fuerte de la cuenta y cayó la brasa entera. Cuando violentamente lo apagué para que no ardiera, apereció sobre el papel esta figura. Si fuese un adolescente pensaría: es el amor que me llama. Como soy un próximo sesentón, aunque tengo que reconocer que primeramente también pensé en el amor, después me vino la realidad más acorde: tabaco, corazón...


6 comentarios:

Anónimo dijo...

El amor que le tienes al tabaco, no?
Jajajaja!
Si es que sale solo!!

Anónimo dijo...

El azar es el camino que Dios elige para viajar de incognito....
Albert Einstein

TOÑI dijo...

Juan,sopongo que tienes la revista NAZARENOS editada por la cofradia de JESUS,que preciosidad todo lo dedicado a RAMON GAYA.Desde la lamina ANGEL II1960,que pienso enmarcar y todos los articulos incluido uno del propio Ramon,más todas las obras como SAN JUAN, LA DOLOROSA,NAZARENOS....de verdad una belleza.

Anónimo dijo...

no me gusta este silencio

Anónimo dijo...

Ni a mí...Que está pasando?

Anónimo dijo...

Pero, Juan, ¿es que sigues fumando?. Me cago en la leche..., pero si no te gusta ¿por qué fumas? (porque no se si te has dado cuenta, pero nunca te ha gustado, crees que te gusta, pero es solo una ilusión)... en fin, tú mismo, jajaja