Café con leche y un té con tostadas, una merienda cualquiera de un día cualquiera, pero qué interesante sería poder ver una imagen de una merienda del medioevo, o del siglo XVIII, o de la época de Cristo. Este es el verdadero valor de la imagen, una técnica que puede ser utilizada como notario de la realidad, nunca como suplantación de la realidad. No olvidemos que la fotografía es imagen de algo, pero nunca podrá ser ese algo.
1 comentario:
El mal fotógrafo lo intenta. Al buen pintor, ni se le ocurre.
Jose
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