23 septiembre 2010


Se llama Kamara, tiene veintinueve años y es de Guinea Conakry. Serían las once y media de la mañana y aún estaba esperando junto a otro compañero en la plaza del Barrio del Carmen donde suelen ponerse los inmigrantes para buscar trabajo temporal. Por un miedo por su parte, totalmente comprensible, no pudimos entablar una amistad. Ojalá le vaya bien porque parece muy buena gente.

10 comentarios:

Anónimo dijo...

El otro día,en la puerta del estanco, mientras volvía de tirar la basura, se me acercó por la espalda otra buena persona como esta y me dijo ...yo no soy malo soy bueno, yo no soy malo soy bueno...¿ Y yo debía de pensar yo no soy bueno soy malo? si no le doy una limosna ¿soy malo? si se la doy ¿soy bueno?. En la indigencia viven mejor que en su pais, pero es eso una solución ?. Cogen todos los indigentes del mundo dentro de nuestro pais?. Tenemos quizás miedo (mas que senofobia) a acabar como ellos si continúan llegando?. Por qué tenemos que sentirnos culpables de todo? Por haber nacido en el primer mundo?. Si le di una limosna o no, eso lo dejo para mi.....

Jose.

Juan Ballester dijo...

Jose, yo no suelo dar limosna, porque siento que con ello los humillo; a mi me gusta mirarlos, hablarles, individualizarlos, quererlos...
Claro que hay delincuentes, y locos, y está el país, y el trabajo, y la sociedad, y los problemas, y las culturas, y los peligros, y las invasiones..., pero cuando miro los ojos de un ser humano como Kamara, inevitablemente me estoy viendo a mi mismo.

Anónimo dijo...

¡Que preciosas tus palabras Juan!
Miras al alma, a la conciencia que lleva dentro.
No son distintos cuando los miras a los ojos, no son extraños que habitan al otro extremo del mundo, son en la raíces de su ser uno solo contigo y tú uno con ellos.
¡Ojalá se fomentara esta idea en nuestro planeta!.
No volvería a haber nunca más guerras, ni volvería a haber más choques de naturaleza dañina y destructiva.
Me parece curioso, como cada uno (José y Juan) por separado han movido algo en su interior...
Ese movimiento trae sus frutos....
Y siguen los Ballester IB

Anónimo dijo...

Buenos días.

Después de bastante tiempo me has arrancado un comentario con tus palabras.

Olé tus hue... Juan.

ANÓNIMO

Anónimo dijo...

Kamara,tiene una mirada limpia con un fondo de tristeza.Yo creo que si puedo hacer que por lo menos un dia,tengan unos euros en sus bolsillos y comer dignamente,no les doy limosna,es ponerme en su lugar y que una persona me comprenda.

Anónimo dijo...

¡¡Esta es mi TOÑI!!, con un Corazon que no le cabe en la "caja del pecho".
Me gustó mucho que hayas puesto tu foto.
Sigo este blog desde hace tiempo y vive gracias a ti,eres su "ALMA",que Dios te bendiga.

Marian Ch dijo...

Lo de la limosna creo que no era el tema. Yo no suelo dar porque soy rácana y pienso que antes de pedir se puede hacer otras cosas. Pero también habrá casos en que no quede otra. Pensaré sobre ello.

El protagonista es Kamara, que no pide limosna, que ha sentido miedo ante Juan, que está apostado en una plaza cual mercancía barata para que le den algo de trabajo mal pagado, que llegó probablemente en un viaje terrorífico, que se siente solo, que su madre, sus seres queridos están lejos, que sobrevive entre tiburones,...Siento una enorme ternura por África negra tan pisoteada y ninguneada.
Y me dan asco, verdadera náusea esos muros y espinos fronterizos.

Anónimo dijo...

Anonimo,¿quien eres?. Me tienes intrigada y abrumada,no merezco tanto.

Anónimo dijo...

Su mirada denota cansancio e indefensión. Y es que no es para menos!! Dar limosna o cualquier otra ayuda no es una opción, debería formar parte de la condición humana. No podemos cerrar nuestros ojos y no compartir y ser agradecidos.
Cómo uno puede estar sentado en una plaza tomandose felizmente una cervecita y su tapita y decir no a alguien que te pide un mísero euro y quedarse tan tranquilo!! Y nuestra conciencia? y nuestro agradecimiento a la suerte que nosotros sí tenemos? Nos hemos acostumbrado a ello, verdad? Hemos aprendido a no tener empatia para no sufrir. Justificaciones como...pueden trabajar, que se vayan a su pais,a mi me cuesta mucho esfuerzo ganar el dinero, son muchos ya...etc, etc, y nos quedamos tan panchos!.

Así va el mundo y vaya mierda de mundo en el que vivimos. A mi al menos se me sigue rompiendo el corazón ver estas situaciones y otras tantas. No seré yo quien me meta algo de alimento a la boca y al mismo momento esté diciendo a otro que no.

Un beso a todos.

P.D: Juanico te debo un café.

Marian Ch dijo...

Hombre, pues sí, independientemente de si es mentira o verdad la necesidad(porque también se da una profesionalización y hábito del pedir en algunas personas, familias e incluso generación tras generación) es muy violento estar en una terraza comiendo o salir de una tienda con una bolsa y decir que no. Das o te sientes por unas décimas de segundo como una miserable.

Pero vuelvo a decir que el tema no es la limosna, sino el darnos y aceptar a otras personas equitativamente.

Y sobre todo KAMARA.