Al final se descubrió el malentendido, pero ayer, durante un tiempo, fui el destinatario de un ramo de flores que se recibió en casa a mi nombre. Por primera vez en mi vida sentí lo que eso supone, una mezcla de emociones encontradas y de incertidumbres identitarias. Como he dicho no era para mi aunque llegaron a mi nombre, pero ya nadie me quitará lo vivido.
2 comentarios:
Buenos días a los dos, a ti y al destinatario/a.
¡Ah! bonito ramo.
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