31 julio 2010


Clara, mi vecina, que ya ha cumplido cinco años, pero sigue hecha un torbellino con síndrome de hiperactividad. Su primera toma de contacto con la playa debió de ser con la frente, y contra no sé qué superficie dura, pero ya el primer día nos apareció con su "chichón" tatuado. Este año viene más "hecha", ya nos habla de sus rezos a Jesús y del nombre de su primer hijo: Manuel. Es encantadora y por lo visto me quiere.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Buenos días.

Cuidado con ella Juan, tiene una mirada inquietante y, a la más mínima, es capaz de endosarte su muñeca para que le hagas de canguro mientras ella se baña. Ya sabes que las mujeres son nuestra perdición.

ANÓNIMO